jueves, 10 de octubre de 2013

SALIDA DE CAMPO 6 DE OCTUBRE (MONSERRATE) EDUCACION Y SOCIEDAD



EDUCACION Y SOCIEDAD:http://www.youtube.com/watch?v=D_SYsxuoBnQ&feature=youtu.be

El despertador se activó a una hora prudente, 6:30 am, pero el despertador familiar con algarabías empezó cinco minutos antes. La sensación de despertarse temprano un domingo es muy particular, pues solo suele ocurrir de vez en cuando, viajes de fin de semana para devolverse a Bogotá con melancolía, plan de deporte con amigos, etc, aun así asumí bastante bien el hecho. El baño, el desayuno y la despedida fueron breves.
Las calles solas, el sol prometedor de un maravilloso domingo y el olor del roció mas presente que nunca, son aspectos que hacen parte únicamente de este día, así que fueron  motivos para sonreír y recibir el día con buena disposición. Aunque en un principio pensé que el tiempo no iba a estar a mi favor, es increíble suceso del buen funcionamiento del sistema de transmilenio, fue un motivo de no maldecirlo por una vez a la semana.
Esperaba recibir a mi pareja de trabajo en la salida de la 19 de la estación de las aguas, y salir de inmediato a buscar un café internet o una papelería un domingo a las 8 am en medio de la candelaria, con la esperanza de que ella traería la información de la actividad en una memoria flash u otro medio, pero por primera vez, la “señorita López” no había llegado antes que yo, solo estaba la desazón de encontrar a tres de mis compañeros menos allegados, sin pensar siquiera que uno de ellos dejaría de ser tan lejano a partir de este día.
Después de tres pitazos respondió, resolviendo las dudas que tenía acerca de su presencia este día, en vista de que no iba a llegar, llame a mi segundo compañero más allegado, pero este se tampoco había llegado. Opte por tomar como compañero de trabajo a uno de los lejanos más allegado, y a medida de que íbamos subiendo, íbamos cuadrando los criterios de trabajo para repartirnos mejor las labores e íbamos encontrando más compañeros.
La subida fue amena, el tiempo nos favoreció, fue un recorrido dedicado a la observación, al dialogo, a la escucha y al pensamiento, pues eran muchos los temas de conversación en torno a la salida, y a medida de que escalábamos más el cerro empinado, se iba entendiendo el sentido de la actividad.
Los fotógrafos más extraños e impertinentes eran los universitarios a cargo de un tal profesor “Carlos López”, pues pretendían captar imágenes muy particulares, rondaban por todo el lugar, como abejas que volaban de un lado a otro extrayendo el néctar de los espacios.
Tomamos la mayoría de fotos en la cima del cerro, y nos reunimos como habíamos acordado con mi compañero, justo al lado de la algarabía en las escaleras, aplaudiendo y alabando al señor debajo del sol de las 12 del mediodía. Era increíble creer lo imposible que era ocupar un silla dentro del templo a esa hora, era increíble de creer la cantidad tan grande de dinero que se movía en el cerro, era increíble de creer la cantidad de extranjeros orientales que habían rondado por el lugar y más aún era increíble de creer como no había un punto de contacto entre el cerro de Monserrate y su vecino el cerro de Guadalupe. Como también era increíble de creer lo inmensa que estaba la ciudad, era increíble de creer la cantidad de verde que se podía apreciar del otro lado del cerro y más aún era increíble de creer, que viejos con bastones y en muletas subieran con tanto fervor.
Todo esto hizo parte de la experiencia, y a veces no somos capaces de apreciar estos detalles, está en resumidas cuentas, fue la esencia de la salida, pues no solemos dedicar el rollo o la capacidad me memoria necesaria a estos pequeños pero importantes detalles, que tienen que ver directa o indirectamente con toda la situación actual de la sociedad en que vivimos.
La bajada por alguna razón, se me hizo más tediosa que la subida, y compadecía  a cada paso que daba las personas que tenían obesidad o sobrepeso y se aventuraban a hacer esta caminata. Con la incertidumbre de alguna reunión indirecta del grupo, decidimos esperar un rato, por si alguien llegaba, pero al cabo de un rato dedujimos que no había razón lógica por la cual esperar, así que nos sentimos tentados a desperdiciar nuestro dinero en una picada acorde a nuestro presupuesto, segados por el hambre y sin considerar futuros restaurantes más buenos, bonitos y baratos.
Acordamos después de un estrechón de manos, reunir las fotos y apuntes de la experiencia para dar fe del aprendizaje y la reflexión en torno a la salida.

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